viernes, 8 de marzo de 2024

Recordando a Fonzie.

 



Cuando era niño me encantaba ver Días Felices (Happy Day) y uno de mis personajes favoritos era “The Fonz” ese enchamarrado personaje, rudo, de pocas palabras, que todo lo resolvía chasqueando los dedos y que tenía un corazón de oro. Y claro, el Fonz no existiría sin su entrañable amigo Richi, ese chico pelirrojo y encantador que se convirtió en su alma gemela a lo largo del programa.

A Henry Wrinkler no se le subió la fama a la cabeza, siguió siendo el mismo y cuando le ofrecieron hacer ciertas modificaciones para cambiar el programa, las cuales en teoría lo favorecerían, él simplemente dijo que no aceptaba, pues “De no ser por mis compañeros, no existiría el Fonz”.

Henry venía de una familia que sé salvo por gracia divina del holocausto, tuvieron que escapar de Alemania, pero tristemente su demás familia no lo hizo, lo que los dejo como los únicos sobrevivientes y sus padres al parecer lo trataron con mano de hierro, esto sumado a un problema de dislexia que tenía que lo hacía diferente, pero que no descubría hasta que casi 30 años.

Debe de ser difícil el protagonizar a un personaje tan popular e icónico como Fonz y por tanto tiempo (11 temporadas) y luego de que eso llegue a su fin tratar de salir a flote haciendo otros roles cuando tu imagen está arraigada a este. Hay muchos personajes que no lo superaron nunca. Felizmente, no fue el caso de Henry.

Lo bueno es que de alguna forma estas situaciones te ayudan a pensar fuera de la caja y a aventurarte a hacer cosas nuevas, las cuales a veces dan resultados positivos. En el caso de Henry le dio resultados positivos, pues llego a estar involucrado desde la producción con series icónicas como MacGyver y hasta se tomó el tiempo para escribir una exitosa serie de libros llamados Hank Zipzer sobre un muchacho con problemas de dislexia que se abre paso en el mundo. Últimamente, participo en la serie de 4 temporadas, Barry, en donde incluso gano un Emmy.

Casado, con hijos ya adultos y nietos, Henry sigue disfrutando de la vida y aunque un poco tarde, según dice, acaba abrazando lo que le dio la vida y la oportunidad de ser reconocido a nivel mundial. Como el mismo lo dice:

Durante mucho tiempo después de Happy Days, me entristeció que el mundo solo pudiera verme como Fonz. Pero nunca perdí de vista lo que me dio el personaje (un techo sobre mi cabeza, comida en la mesa, la educación de mis hijos) y cuánto me aportó en términos de presentarme al mundo entero. Y poco a poco llegué a aceptar lo mucho que ese personaje significaba para la gente de todo el mundo. De hecho, durante años, en las entrevistas, bromeaba diciendo que construí un bungalow en la parte trasera de nuestra casa para Fonz, donde él trabajaba en los coches de los vecinos.

El no saber dónde encajo realmente en la tierra como Henry, me hizo incapaz de disfrutar de muchas cosas. Pero estos niños con problemas me brindaron una calidez que sentí muy diferente a la que normalmente he recibido en mi vida, un regalo que me acercó mucho más a comprender mi verdadero lugar en el mundo. El fruto es gratitud, tengo gratitud por todo. Me encanta estar en la tierra, amo todas las cosas.

miércoles, 24 de enero de 2024

jueves, 18 de enero de 2024

De Historia, Banderas, Plagios y “Los alegres de siempre”

 







Leyendo los artículos de Javier Bedoya en su libro “En Aparente estado de ebriedad” me sorprendí cuando vi que la mentada bandera del Tahuantinsuyo, que generara anta polémica, realmente fue creada en el año 1973 en el Cuzco.

Raúl Montesinos Espejo, un entusiasta amante de todo lo que era parte del Incanato, era propietario de Radio Tahuantinsuyo, encargada de difundir música de la región. Por sus 25 años a Don Raúl no se le ocurrió mejor idea que celebrar creado una bandera inspirada en los colores del arcoíris, pues pensaba que eso era lo que le faltaba a la ciudad (aunque ningún cronista hablase nunca de una bandera del Tahuantinsuyo). El proyecto vio la luz y no solo eso, sino que cinco años más tarde, fue la misma Municipalidad del Cusco la que adoptó la propuesta de manera oficial. Todo se dio en el marco de considerarla, también, como la insignia del Tahuantinsuyo.

Cabe precisar que según informaciones e investigaciones, el Tahuantinsuyo nunca tuvo una bandera y la que se conoce como la Whipala es de uso reciente no solo en Perú, sino en otros países de la región.

Curiosamente, según se dice en 1978 (5 años después de la bandera del Tahuantinsuyo) Gilbert Baker crea en San Francisco lo que se conocería años después como la bandera del orgullo gay (curiosamente muy parecida a nuestra mencionada bandera) ¿coincidencia? Who Knows?

Lo cierto es que al buen Raúl no se le ocurrió registrar la bandera como de su autoría y por ende se privó de las jugosas regalías del turismo y de la opción sexual dizque alternativa…. Cosas de la historia, cosas de la vida….

https://incredibletravelperu.com/blog/cultura/la-bandera-del-tawantinsuyo-como-emblema-de-la-ciudad-del-cusco/